17/01/2025
Diferentes investigaciones señalan que dos de cada cinco docentes en España aseguran haber experimentado en el último año malestar emocional como agotamiento, ansiedad o depresión. No se conocen datos referidos a profesionales del ámbito socioeducativo, pero serán parecidos o incluso superiores dado que, en muchas ocasiones, ese colectivo trabaja con jóvenes en riesgo de exclusión social y de entornos socioeducativos con muchas carencias, lo que no es fácil de gestionar emocionalmente para el personal educador.
Se constata además
un incremento en los casos de profesorado y personal socioeducativo que busca apoyo psicológico, especialmente
por problemáticas relacionadas con la ansiedad. De ahí la importancia de
desarrollar un estilo de vida y unas pautas de autocuidado en el ámbito
emocional. En este taller vamos a incidir especialmente en el aprendizaje de esas pautas de
autocuidado.
Si
profesionales de la educación desarrollan competencias de autocuidado
emocionales, ¿eso es positivo también para su alumnado o para las personas
jóvenes para las que trabajan?
Así es. El autocuidado emocional no solo debe
entenderse como una medida de higiene psicológica para la propia persona, sino
que también deben valorarse los beneficios que pueden generarse en las personas
jóvenes con quienes trabaja. Entre esos beneficios podemos señalar la mejora en
la calidad de la relación educativa, mayor eficacia en el trabajo, etc. No
olvidemos que las persona educadoras que trabajan con jóvenes son modelos para
ellos y ellas.
Con respecto a la ansiedad y al malestar emocional,
¿existen diferencias entre hombres y mujeres que trabajan con jóvenes?
Aunque el malestar emocional puede afectar a hombres
y mujeres por igual, diversos estudios han mostrado que las mujeres educadoras
tienden a experimentar niveles más altos de estrés y burnout debido a
diferentes factores: una mayor carga de trabajo (tanto dentro como fuera de su
entorno laboral), menor consideración de su trabajo, mayores dificultades en su
carrera profesional debido a estereotipos de género... Todo ello es una fuente de
estrés y frustración.
¿Qué
otros factores específicos del trabajo educativo pueden ser generadores de
ansiedad y malestar emocional?
Entre esos factores podemos destacar las altas expectativas de la sociedad hacia el trabajo educativo y sufrir situaciones de violencia verbal o física en los entornos educativos y socioeducativos. Además hay que añadir la carencia de recursos materiales y humanos para hacer frente a esas circunstancias, la creciente dedicación horaria a tareas de tipo administrativo o burocrático que quitan tiempo al trabajo específicamente educativo.
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La inestabilidad laboral y la alta tasa de
interinidad también contribuyen a la sensación de inseguridad y de precariedad
entre las personas que trabajan en los entornos educativos.
Todo ello trae como consecuencia un deterioro de la
salud mental, el aumento de casos de ansiedad, depresión y burnout, bajas
laborales, un descenso en la calidad educativa, dificultades para concentrarse,
menor motivación y disminución de la eficacia en la labor educativa y
socioeducativa.
¿Qué
aspectos del autocuidado se han de tener en cuenta para prevenir la ansiedad y
el malestar entre el personal educador?
El autocuidado abarca diferentes dimensiones
personales e interpersonales que se trabajarán durante el curso formativo. Es
muy importante identificar las causas de la ansiedad, su origen y sus
características. Cada persona debe de identificar cuáles son los factores que
están influyendo en su malestar emocional para aplicar aquellas medidas que
ayuden a alcanzar un mayor bienestar emocional.
En el ámbito laboral hay aspectos que no podemos
modificar porque son externos a la persona, pero hay otras dimensiones de tipo
interno que sí está en nuestras manos poder modificar. Me refiero, por ejemplo,
a aspectos como la gestión del pensamiento negativo, la identificación de las
emociones, así como la adecuada comunicación interpersonal. Aprender a
desarrollar técnicas de comunicación verbal y no verbal, así como a realizar
una adecuada gestión de conflictos interpersonales son herramientas muy útiles
para alcanzar y mantener el bienestar
emocional.
También es importante, desde el punto de vista
preventivo, aprender a desarrollar un plan personal de autocuidado que abarque
las diferentes dimensiones de la persona, definiendo metas a corto y largo
plazo.
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