27/04/2025
El Hospital de Clínicas registró un incremento del 30% en las consultas por depresión y ansiedad en jóvenes en el último año.
La depresión y otros trastornos de salud mental,
como la ansiedad, son complejos de identificar y diagnosticar en niños y
adolescentes debido a las diferencias con los cuadros típicos observados en
adultos.
A diferencia de los mayores, quienes muestran como
síntomas más visibles tristeza, desgano o pérdida de interés, en los más
jóvenes estos trastornos suelen manifestarse como irritabilidad, aislamiento,
cambios abruptos de hábitos de sueño o alimentación, fluctuaciones en el
rendimiento escolar y hasta la búsqueda constante de castigo por parte de sus
cuidadores.
Todo esto hace que los adultos suelan pasar por alto
los signos de alerta, y queden enmascarados bajo la etiqueta de un adolescente
con "mal carácter" o que "se porta mal".
Aumento
de consultas por depresión y ansiedad en adolescentes
En
los niños con depresión
Los problemas de salud mental no distinguen por edad
o clase social, y cada vez es mayor el conocimiento de su prevalencia en todos
los grupos etarios. Tampoco son exclusivos de algunas regiones o centros
urbanos, sino que se convirtieron en un desafío global. Argentina no está
exenta de este fenómeno global, y así lo muestran las cifras: en el Hospital de
Clínicas José de San Martín, dependiente de la Universidad de Buenos Aires
(UBA), las consultas por cuadros depresivos en jóvenes aumentaron 30% entre
2023 y 2024.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS),
"uno de cada siete jóvenes de entre 10 y 19 años padece un trastorno mental en
el mundo, lo que representa el 15% de la carga mundial de enfermedad en este
grupo de edad".
Si no se tratan, la depresión y la ansiedad afectan
el desarrollo de los niños y adolescentes, porque son trastornos que
interfieren en múltiples dimensiones: en el aprendizaje, las relaciones, y la
salud física y emocional. Los especialistas coinciden en que es fundamental que
los padres reconozcan los signos de alerta y busquen ayuda si es necesario. Un
entorno familiar y social de apoyo puede marcar la diferencia.
Los efectos de la pandemia aún se perciben en uno de
los grupos que más sufrió las secuelas del aislamiento y la falta o escasa
socialización durante largos meses. Aquellos niños que durante un año no fueron
al jardín o que perdieron tantos momentos de contacto real con sus amigos en el
inicio de la pubertad, en la escuela, el club o el parque, hoy sufren las
consecuencias.
En el marco del informe por el Día Mundial de la Salud elaborado por los especialistas del Clínicas, el Departamento de Pediatría del hospital universitario resaltó que, en los últimos cinco años, no solo aumentaron los diagnósticos de ansiedad y depresión en niños y adolescentes, sino también las consecuencias más graves, como el incremento de intentos de suicidio en adolescentes y adultos jóvenes. En ese sentido, la OMS destaca que el suicidio ocupa la tercera posición entre las causas de muerte en personas de 15 a 29 años.
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Cuáles
son los síntomas de la depresión en adolescentes
Esta constante búsqueda de validación en las redes
sociales está relacionado con el aumento de la depresión y ansiedad en
jóvenes(Imagen Ilustrativa Infobae)
Distintos factores sociales y familiares pueden
contribuir al desarrollo de trastornos emocionales en los adolescentes. La
violencia en el hogar, el bullying "real" o virtual, las presiones sociales o
las dificultades económicas aumentan la vulnerabilidad ante cuadros de
depresión o ansiedad.
La psiquiatra infanto-juvenil Silvia Ongini (MN
69.218), especialista del Hospital de Clínicas, destacó a Infobae que el
estigma relacionado con los trastornos mentales sigue siendo uno de los mayores
impedimentos para que los adolescentes reciban el tratamiento adecuado: "Es
fundamental que las familias y el entorno escolar presten atención a los
cambios en el comportamiento de los niños y adolescentes para poder intervenir
a tiempo".
"Estamos hablando de personas en crecimiento, cuyo
desarrollo está en plena formación", explicó. "El neurodesarrollo es la base
sobre la cual los niños van a seguir construyendo su identidad, su vínculo con
los demás, su creatividad y su capacidad de aprender. Todo eso está en juego
cuando estos niños, en una etapa tan temprana, se ven afectados por un cuadro
depresivo o síntomas depresivos, que pueden ser disparados por diversos
motivos".
"Cuadros de repliegue emocional, síntomas que
desmotivan, aíslan e interfieren en el aprendizaje y el desarrollo son señales
claras de que algo no está funcionando. Detectarlo y atenderlo a tiempo es
fundamental", remarcó Ongini a Infobae. La comprensión y el apoyo emocional del
mundo adulto son fundamentales: los chicos necesitan sentirse seguros para
expresar sus problemas sin temor a ser juzgados.
"Los cambios emocionales durante la adolescencia son
naturales, pero cuando los jóvenes se sienten abrumados por ellos, pueden estar
atravesando un trastorno mental", dice la especialista.
Los signos de la depresión suelen manifestarse de
distinta manera en los jóvenes que en las personas mayores: "No es común que
los niños deprimidos presenten un desgano absoluto, como se observa en los
adultos, sino que suelen volverse más inquietos, ansiosos o irritables", señaló
Ongini.
El
aislamiento durante la pandemia
El aislamiento durante la pandemia exacerbó los
problemas emocionales en los adolescentes, afectando su bienestar psicológico y
social (imagen ilustrativa Infobae)
La especialista marcó las diferencias entre los
signos de alerta que aparecen en las distintas etapas de la infancia, pubertad
y adolescencia: "En los adolescentes, la depresión puede manifestarse con
aislamiento social, cambios en los hábitos y en la relación con sus padres o
cuidadores, desinterés en actividades que antes disfrutaban, fluctuaciones en
el peso, problemas de sueño y alteraciones en el estado de ánimo".
"En niños pequeños, los síntomas suelen manifestarse
como irritabilidad, baja tolerancia a la frustración, berrinches frecuentes,
impulsividad, alteraciones del sueño y cambios en la alimentación. No es común
que los niños deprimidos presenten un desgano absoluto, como se observa en los
adultos, sino que suelen volverse más inquietos, ansiosos o irritables",
agregó.
Según la OMS, "la exposición a la adversidad, la
presión para adaptarse a los pares y la exploración de la identidad" son
factores clave en el estrés adolescente. Estos desafíos pueden hacer que los jóvenes
se sientan abrumados, elevando el riesgo de depresión o ansiedad.
La doctora Ongini resaltó la importancia de la
comprensión y el apoyo emocional en los hogares, ya que "los cambios
emocionales durante la adolescencia son naturales, pero cuando los jóvenes se
sienten abrumados por ellos, pueden estar atravesando un trastorno mental". La
especialista explicó que "en muchos casos, la ansiedad predomina en los
primeros momentos de la depresión, lo que puede enmascarar otros síntomas más
profundos".
Por su parte, la licenciada en psicología Sonia
Almada, especializada en infancia y adolescencia, explicó en Infobae que en la
depresión infantil, que "en la infancia, los problemas de salud mental siguen
siendo tabú y tienden a ser subdiagnosticados, ya que los síntomas no se
perciben de forma clara".
En los niños, la depresión se puede manifestar como
inquietud o mal comportamiento, más que como tristeza, detalló. "En la
infancia, es común que los niños busquen castigo como forma de expresar su
malestar, y esto puede confundirse con un simple 'mal comportamiento'", señaló
Almada. Como padres, es importante estar atentos a estos comportamientos para
poder brindarles la ayuda necesaria lo antes posible.
El
impacto de las redes sociales en la salud mental adolescente
La psiquiatra Geraldine Peronace señala que la salud
mental de los adolescentes está "en juego" debido a la exposición prolongada a
las pantallas, lo que genera efectos negativos en su bienestar psicológico
(Imagen Ilustrativa Infobae)
A este panorama se suma la sobreexposición a
pantallas y redes sociales, un factor que no puede subestimarse. Recientemente,
la serie Adolescencia reavivó el debate sobre los efectos de dispositivos
digitales en los más chcios.
Consultada por Infobae, la médica psiquiatra
Geraldine Peronace (MN 110.541) destacó el impacto negativo de la tecnología en
la salud emocional de los jóvenes: "Los adolescentes hoy en día vinculan su
autoestima directamente con los 'likes' y las visualizaciones de sus
publicaciones en redes sociales como Instagram y TikTok".
Desde su perspectiva, este fenómeno de búsqueda
constante de validación a través de las redes puede afectar profundamente la
autoestima de los jóvenes y desencadenar trastornos como la depresión y la
ansiedad.
Esta presión social es especialmente intensa entre
las adolescentes, que son más vulnerables a sentirse valoradas en función de su
presencia digital. Para los padres, esto significa que la exposición excesiva a
las redes sociales puede tener un impacto muy real en la salud emocional de sus
hijos. "Es fundamental acompañar a los jóvenes en su uso de las redes sociales
y educarlos sobre los peligros de vincular su valor personal con la validación
digital", afirmó.
La OMS remarca que "las consecuencias de no abordar
los problemas de salud mental de los adolescentes se extienden a la edad
adulta, perjudicando tanto la salud física como la mental y limitando las
oportunidades de llevar una vida plena". Y en ese marco, los especialistas
coinciden en que es esencial que los padres estén atentos a los signos de
alerta y busquen apoyo cuando sea necesario.
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