06/02/2025
Cuando te preguntan ¿quién eres? Automáticamente y casi sin hacerlo consciente, podrías comenzar a recitar todo lo que haces en tu vida profesional, pero al igual que le pasa a Elizabeth Gilbert en la película Comer, rezar, amar, alguien te detendría y te diría que "eso es lo que haces, no lo que eres". Cómo definir tu vida sin el trabajo, ¿podrías hacerlo? Muchos no, y esa es la razón por la cual en cuanto llega la etapa de la jubilación pierden el propósito de su vida y con ello llegan enfermedades como la depresión.
Para Nefris Ventura,
psicoterapeuta y CEO de la consultora Más Humanos, cuando llega la jubilación y
nos preguntamos, ¿qué voy a hacer con mi vida? Es porque el trabajo se
convirtió en el único círculo social donde se desarrollaba la persona y el
lugar donde expresaba su propósito.
La especialista
considera que la jubilación es un momento donde la persona cambia sus hábitos
de forma permanente y si deja esas actividades que realizó por tantos años
siente que su vida pierde sentido.
"Desgraciadamente es un
tema del que no se habla y al que se pone atención cuando ya se está en la
etapa final para que se produzca, aún no logramos esa política pública incluso
que nos ayude a entender la implicación de la retirada del trabajo desde que
estamos todavía activos", comenta.
Jorge Mérida,
psiquiatra y fundador de la firma la ADNWellbeing, afirma que existen dos
grupos de edad en los que se presentan con más frecuencia los trastornos
mentales como la depresión: en la adolescencia y entre los 50 y 70 años.
Los adultos que llegan
a la edad de la jubilación en algunas ocasiones presentan enfermedades
crónico-degenerativas, si a eso se agrega cambios drásticos en su vida como
dejar la rutina que realizaron por tantos años, es probable que se merme su
salud mental también y lleguen episodios de depresión o ansiedad.
Todo cambio demanda un
esfuerzo adaptativo, el contexto laboral no está exento, sobre todo en
generaciones donde el empleo es uno de los componentes más importantes, al que
se le dedica gran parte del día y donde el balance vida-trabajo es nulo, señala
el psiquiatra.
"En nuestra cultura lo
que se aprecia más es la contribución que hace una persona a los demás a través
de su trabajo. Cuando dejamos atrás ese papel, si se puede decir esta
vestidura, nos quedamos sin nada, la vida pierde un poco de su sentido y llegan
las enfermedades", dice el especialista.
Conexiones
sociales, el antídoto
Ante esta situación,
Jorge Mérida considera que es importante fortalecer los vínculos y círculos
sociales más allá del trabajo, con amigos, familia, grupos donde se realicen
actividades recreativas, la comunidad, para que cuando se comience el proceso
de adaptación hacia la jubilación, la persona no sienta que perdió el sentido
de su vida porque esta es mucho más que trabajo.
Mérida explica que las empresas pueden ayudar a que los colaboradores se gradúen con ventajas productivas y sanos, esto a través de entender la importancia de tener horas libres en las que se dediquen a estudiar, hacer ejercicio, a la familia o al ocio.
Lee mas: Burnout: estrés en el trabajo, depresión y los consejos de un psicólogo para superarlo
"Por eso tiene sentido
la reducción de la jornada laboral, no sólo en cuanto a días, también en horas.
Antes éramos de los países donde teníamos menos días de vacaciones y con la
reforma eso cambió", expone.
Otro factor importante
es la reincorporación de adultos mayores al mercado laboral, hay generaciones
con experiencia que desean seguir aportando a las empresas, pero no son
considerados por la edad. "Debemos también incrementar la representación de las
personas mayores en la fuerza laboral", señala el especialista.
Por su parte, Nefris
Ventura afirma que muchas personas que están un paso de la jubilación no
quieren recoger sus ganancias financieras, sociales o familiares y se aferran
porque no hay una vía de escape, "nos enfocamos tanto a la parte funcional que
dejamos otros intereses".
Pero también es una
cuestión de género, en las mujeres puede ser un proceso más sencillo, si le
dijéramos que tienen un año para preparar el retiro, ellas activarán sus
recursos sociales, su proceso de contención social. Sin embargo, en los hombres
esta situación es compleja, sobre todo por estigmas sociales, la tendencia a
seguir conectados pese a no tener una necesidad netamente económica.
"En el caso de los
hombres es más común que no estén acostumbrados a convivir con su familia
porque ellos tienen un rol distinto, y aunque ahora está cambiando, la
paternidad que ejercen no es cercana, son totalmente periféricos. Hay que
prepararlos para eso", explica la psicóloga organizacional.
Nefris Ventura subraya
que es necesario preparar a las personas para jubilarse desde que están activas
laboralmente, que exploren qué les gusta hacer y sus intereses, desde las
empresas se puede realizar esto como una manera de establecer un compromiso y
fidelización de los colaboradores.
"Otro aspecto que
también veo es la parte de las conexiones sociales, ¿qué hacemos desde el
entorno organizacional para que empiecen a hacer como ese networking social? Y
que traiga un beneficio entre personas y organizaciones para que nos ayuden a
compartir estos intereses y sea más fácil la adaptación a esta etapa", dice la
psicóloga.
Para Nefris Ventura, la
preparación debería consistir en reducir gradualmente las horas laborales; por
ejemplo, pasar de un modelo de 8 a 6 horas diarias, y luego 4, hasta que llegue
el momento de la jubilación, para que tiempo para otras actividades que
permitan conocer y reconocer una vida distinta al trabajo.
Y es que es un tema tan
poco visible, expone la psicóloga, que incluso en Recursos Humanos muchas veces
se ignora cuántas personas se jubilarán en los próximos cinco años. "Cuando
sabes que ese momento está próximo podrías comenzar esta formación, desde un
plan financiero para esa etapa hasta nuevas actividades o aquello que dejaron
pendiente y pueden retomar", recomienda.
"Necesitamos hacer un
esfuerzo viéndolo como una salud social, nos conviene a todos empezar a ver el
autocuidado, el cuidado de los demás y las etapas de cambio conectados a una
integridad del ser humano. Si no nos quedamos cortos y únicamente vemos un
ámbito o el que nos han enseñado a valorar, que es la parte profesional",
agrega.
La jubilación debería
ser esa anticipación sobre dónde me veo y a dónde voy a ser funcional, desgraciadamente
como sociedad lo vemos al revés, se ponen etiquetas de 'ya no sirves', 'ya no
eres funcional para la sociedad'. Pero las personas mayores tienen mucho que
aportar a las empresas y a la sociedad.
"El reto es entender
cómo empezar a dar esta formación y este aprendizaje continuo para mantener
tanto la salud física, mental y sobre todo en la parte de un propósito", afirma
Nefris Ventura.
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