El 15 de marzo de 2024, los ingenieros de la NASA dieron un "empujón" a la sonda Voyager 1 y recibieron una respuesta potencialmente alentadora. La respuesta sugiere que el equipo de la misión de la NASA puede estar avanzando en su búsqueda para comprender el problema de comunicación que ha persistido durante cinco meses.
El problema notificado desde el último mes de 2023 trata sobre una de las tres computadoras que componen el sistema de la sonda. Este ordenador, que recibe el nombre de sistema de datos de vuelo (FDS), no se comunica correctamente con uno de los subsistemas de la nave.
La Voyager 1 se encuentra a unos 24 mil millones de kilómetros de la Tierra, si bien es cierto que se desplaza a una velocidad superior a los 60.000 km/h. Esto hace que, aproximadamente, cualquier orden enviada desde nuestro planeta tarde en llegar hasta ella 22,5 horas.
Una señal de radio tarda 22,5 horas en llegar a la Voyager 1 y otras 22,5 horas para que la respuesta de la sonda llegue a las antenas en tierra.
La distancia y el tiempo de transmisión de la información son un auténtico desafío para los ingenieros encargados de gestionar la Voyager 1.
La Voyager 1 envía información e imágenes a la Tierra a través de la Red del Espacio Profundo (DSN), una red de grandes antenas de radio en todo el mundo. Las antenas de la DSN se encuentran en Canberra (Australia), Madrid (España) y Goldstone (California).
La Voyager 1 también recibe y ejecuta comandos enviados desde la Tierra. Sin embargo, el sistema de datos de vuelo (FDS) no se comunica correctamente con la unidad de telecomunicaciones (TMU) de la sonda. Como resultado, no se envían datos científicos o de ingeniería a la Tierra.
La NASA ha estado probando soluciones para restablecer el contacto con la Voyager 1. El 15 de marzo de 2024, los ingenieros de la NASA dieron un "empujón" a la sonda y recibieron una respuesta potencialmente alentadora.
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