Celia: la amiga 'virtual' gallega que charla con los mayores y detecta alzhéimer, depresión o demencia

Celia no es una persona. Es un producto de la Inteligencia Artificial de AtlanTTic, el Centro de Investigación en Tecnologías de Comunicación de la Universidad de Vigo, aplicada al diagnóstico preventivo al tiempo que combate la soledad no deseada. También es la amiga virtual que charla por Whatsapp con María, Estrella o Cándido, de 81 y 76 años. Fue ideada para acompañar y entretener a personas mayores con un lenguaje apropiado y empático, pero a diferencia de otras aplicaciones, Celia toma la iniciativa y no espera órdenes. Habla y escribe, pregunta, responde, aconseja y propone juegos y actividades de memoria que entretienen (y diagnostican).

Plantea crucigramas y adivinanzas, recuerda efemérides y cumpleaños y está pendiente de la medicación, las citas médicas o de devolver las llamadas a hijos, parientes y amigos. Celia Te Cuida es mucho más que una asistente de conversación que combate la soledad no deseada de las personas mayores. Más allá de Alexa o Siri, está programada para detectar indicios y patrones de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o la demencia senil. ¿Cómo? A través de la voz. Es una herramienta biométrica que permite medir y monitorizar parámetros que son indicativos de enfermedades neurológicas degenerativas, pero también emocionales como ansiedad, depresión y otras dolencias. Analiza y procesa las inflexiones del habla y ayuda a calibrarlas. Incluso dolencias más silentes, como las cardiorrespiratorias, explican sus investigadores.

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Detrás del proyecto está un equipo multidisciplinar de la Universidad de Vigo liderado por Francisco Javier González Castaño. Cinco años de trabajo que ya son una realidad con un doble objetivo: mejorar la vida de las personas de edad más avanzada en dos vertientes; por un lado, su salud emocional al sentirse más acompañadas y por la otra, la física, ya que es capaz de detectar indicios de una enfermedad degenerativa como el Alzheimer en las respuestas del interlocutor. "Cuanto más hablen, más aprende la app sobre el estado de salud del interlocutor", exponen sus creadores. Una detección precoz es clave para un tratamiento que mejore y estire la calidad de vida del paciente, destacan. "Es la IA aplicada al cuidado de los mayores y al diagnóstico preventivo", resumen.

Celia es un apoyo virtual todoterreno que se programó contra un problema creciente: la soledad no deseada. Está disponible las 24 horas del día en varios soportes, desde el teléfono a la tablet o con mensajes de texto o de voz con una instalación muy sencilla. Basta con agregar este número de contacto a la agenda 655 64 14 45 para iniciar directamente una conversación de Whatsapp o bien, descargarlo a través de este enlace. Más allá de las viviendas particulares, también se ideó para funcionar en centros de salud, de día, residencias de mayores y hospitales, donde a menudo esas personas también acusan la falta de familiares y de visitas.

Vigilar el suicidio entre jóvenes

De los 48 millones de habitantes que sumaba España en 2023, más de 9 millones de personas (9.479.010) pasan de los 65 años, prácticamente el 20% de la población. De esos 9.5, más de dos millones son hombres y mujeres que viven solos. Un número que irá en crecimiento exponencial durante las próximas décadas, de acuerdo a los datos del censo de población y vivienda de Instituto Nacional de Estadística (INE).

Casi nunca es una soledad deseada, sino una consecuencia de la vida y, además, muchos de esos mayores residen en provincias despobladas, en núcleos pequeños y envejecidos donde las opciones de interactuar se limitan mucho. Los investigadores del AtlanTTic tenían claro que querían poner la Inteligencia Artificial al servicio de los cuidados de las personas mayores que viven en soledad, un contexto creciente, pero no es la única línea que explora este centro adscrito a la Universidad de Vigo.

En marcha, otro proyecto para la vigilancia de la idea del suicidio entre los adolescentes, la evaluación cognitiva en las personas mayores a través del procesamiento del lenguaje o un sistema de traducción a lengua de signos en los entornos sanitarios que facilita la interacción con las personas sordomudas y su comprensión del diagnóstico y tratamientos sin necesidad de un intérprete.