08/10/2024
Edward Tsang Lu es uno de los astronautas más prolíferos y completos que la NASA ha formado. En una visita relámpago de tres días, auspiciada por la Embajada de los Estados Unidos en Argentina, Lu recorrió las ciudades de Buenos Aires, Bariloche y Mendoza para hablar de su experiencia en el espacio y de sus trabajos actuales, que consisten en buscar asteroides potencialmente peligrosos para la Tierra y el camino de soluciones para detectar basura espacial alrededor de nuestro planeta.
"En uno de mis
viajes a la Estación Espacial Internacional, yo me encontraba mirando por la
ventana el amanecer sobre los Andes y, al observar el territorio argentino, me
decía que algún día me gustaría visitar ese país. Y por suerte lo pude hacer en
este viaje", contó Lu en una entrevista exclusiva con Infobae en el hotel donde
se hospedaba hasta ayer.
"Estuve 206 días en el espacio y pude sumar las veces que pasé por sobre Argentina. Fueron unas 600, ya que orbitamos la Tierra casi tres veces por día. Finalmente pude aterrizar aquí, por lo que estoy muy agradecido y feliz", agregó Lu, graduado en la Licenciatura en Ciencias en Ingeniería Eléctrica de la Universidad de Cornell, en 1984 y doctorado en Física Aplicada de la Universidad de Stanford, en 1989. El también piloto de aviones y del ex Transbordador Espacial (Space Shuttle) de la NASA continuó con los elogios al país: "Es genial estar aquí en Argentina. Quería venir aquí desde hace mucho tiempo y finalmente pude hacerlo, así que estoy muy feliz. Le he estado diciendo a la gente que espero que este sea solo mi primer viaje a Argentina y, de hecho, mi esposa me ha estado diciendo que necesita venir en el próximo viaje. En los tres días que estuve di una charla en la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires, luego estuve en Bariloche visitando la fábrica de satélites Invap y finalmente en Mendoza, en un hackatón espacial con estudiantes. Muchas cosas para solo tres días. Pero todo ha sido maravilloso".
Lu explicó que en
Argentina están sucediendo muchas cosas interesantes a nivel científico. "En
Bariloche pudimos visitar Invap y hablar con la gente que trabaja allí. Hay una
enorme cantidad de talento, muchos ingenieros muy inteligentes. Y siempre es
bueno poder hablar con otros ingenieros y otros científicos. Fue especialmente
divertido ver dónde construyen satélites, radares, sensores y electrónica para
satélites, además de toda la parte nuclear. Son mundialmente famosos tanto por
la tecnología nuclear como por la tecnología satelital y radares que
desarrollan y construyen. Quedé absolutamente impresionado por el nivel
científico y el talento técnico que hay en el país", remarcó Lu, que es
consultado con frecuencia como asesor científico de la Casa Blanca y la NASA
sobre cuestiones de política y tecnología espacial.
"Mendoza estuvo
genial también. Allí pude hablar con un grupo de más de 100 estudiantes que
estaban concursando en algo llamado desafío NASA apps, patrocinado por la NASA
y la Mars Society aquí en Argentina. Jóvenes que durante el fin de semana están
diseñando apps para el uso de tecnología en el espacio o en tierra, pero que
sirve para comunicarse con el espacio. Y tenían grandes ideas. Estaban
motivados, emocionados", precisó.
"Les dije que no
dudaba de que en poco tiempo habrá un astronauta argentino en el espacio algún
día, y que quizás alguien en esa sala sería esa primera persona. Siempre me
gusta hablar con los estudiantes. Tuvimos una oportunidad de hablar frente a la
multitud y contar algunas historias sobre cómo era volar en el espacio. Conocí
también a estudiantes que, por ejemplo, visitaron la NASA el año pasado,
volaron hasta los Estados Unidos y pudieron ir a ver uno de los centros de
vuelos espaciales y uno de los telescopios espaciales muy grandes que la NASA
está construyendo y que está a punto de lanzarse", agregó el experimentado ex
astronauta.
La charla que dio
Lu en Mendoza a los estudiantes en el marco de la "Feria Intergaláctica" y de
la "Semana del Espacio", fue la antesala del hackatón NASA Space Apps
Challenge, el concurso anual e internacional creado por la NASA para que
jóvenes de distintas disciplinas propongan soluciones a problemáticas reales y
actuales de la Tierra y el espacio. En 2020 y 2022, dos equipos mendocinos
resultaron ganadores de la competencia a nivel mundial.
"Mi mensaje para
ellos fue que estamos viviendo un momento muy interesante respecto a la
industria y la investigación espacial, porque la industria espacial en todo el
mundo está creciendo tan rápido ahora, que las cosas están cambiando
velozmente. Y les dije, esa es una gran oportunidad, porque cuando las cosas
cambian y crecen rápidamente, hay oportunidades en las que la gente aún no ha
pensado. Y ellos tienen la edad adecuada para poder aprovechar eso. Esto es muy
similar a la revolución de Internet de hace 20 años. Estos jóvenes estudiantes
tienen exactamente la edad adecuada para aprovechar eso. Construir cosas,
iniciar nuevas empresas, empezar cosas nuevas. Ojalá pudiera volver a tener 20
años", dijo Lu.
El Principito y cómo cuidar la Tierra de
distintas amenazas
Lu, además de ser
un ex astronauta es un científico que está en permanente actividad y desarrollo
de ideas que pueden servir para salvar a la Tierra de distintas amenazas, ya
sea las creadas por la naturaleza, como las provocadas por el hombre. Inspirado
en la novela El Principito de Saint-Exupéry, Lu fundó B612 Foundation, una
organización privada sin fines de lucro, junto con el astronauta Rusty
Schweickart y los científicos Clark Chapman and Piet Hut, con el fin de cuidar
la Tierra de potenciales amenazas del espacio.
En el mundo del
Principito, el asteroide B612 es un pequeño mundo esférico, apenas más grande
que una casa. Con la mente puesta en los asteroides vagabundos en el espacio,
creó esta organización cuyo objetivo es diseñar y construir con financiamiento
privado un telescopio espacial llamado Sentinel, que buscará asteroides y otros
objetos cercanos a la Tierra que constituyan una amenaza certera y pongan en
peligro la vida en el planeta, como los más de 100 asteroides potencialmente peligrosos
detectados hasta ahora. El interés permanente del doctor Lu en la desviación de
asteroides condujo a la formación de la Fundación B612, en la que se desempeña
como Director Ejecutivo del Instituto de Asteroides, con sede en Silicon
Valley, California.
"La NASA demostró
hace dos años con la misión DART que es posible desviar un asteroide de su
trayectoria. Todo lo que hay que hacer para evitar que un asteroide golpee la
Tierra es cambiar su velocidad en aproximadamente una millonésima parte. Es una
velocidad de aproximadamente un milímetro por segundo. Ese es el tipo de cambio
de velocidad que necesito darle a un asteroide para que desvíe su curso
original. La NASA tomó una nave y en lugar de detenerse y tomar fotografías,
simplemente chocaron contra este cuerpo en el espacio. De hecho, es una misión
muy fácil de volar y así pudimos demostrarlo. Pero lo difícil es hallar ese
asteroide en el vasto espacio", precisó el científico.
Y agregó: "El
Sistema Solar es un lugar muy grande. Los asteroides son pequeños y están lejos
la mayor parte del tiempo, a menos que vengan en una trayectoria directa para
golpearnos. Por eso necesitamos detectarlos cuando están lejos de la Tierra.
Entonces es necesario poder calcular con suficiente precisión para saber dónde
estará un asteroide dentro de 10, 20, 30, 40, o 50 años. Esa es la parte
difícil. Y en eso estamos trabajando en la Fundación B612, en el cálculo de las
trayectorias de millones de asteroides. Todo lo que tenes que hacer es
encontrar y rastrear los asteroides primero y saber dónde están. En eso la
Inteligencia Artificial (IA) nos está ayudando".
Así como el
detectar asteroides que signifiquen un peligro para la Tierra es uno de los
objetivos de Lu, también lo es identificar la basura espacial que significa una
amenaza para la industria aeroespacial, ya sea por impactos en satélites en uso
o por golpes o perforaciones en estaciones espaciales habitadas.Para afrontar
ese problema, Lu cofundó la empresa LeoLabs en 2016 y actualmente se desempeña
como su Director de Tecnología.
"Cuando yo era
astronauta en la Estación Espacial, tuvimos algunos incidentes cercanos en los
que los desechos estuvieron a punto de golpearnos. Hay que tener en cuenta que
el número de satélites está creciendo extremadamente rápido. Eso significa que
cuantas más cosas coloques allí, más escombros terminarán allí. Cuantas más
posibilidades de colisiones haya allí arriba, más escombros se crearán. Son
todos artefactos y pedazos de chatarra hechos por el hombre, trozos de naves
espaciales, pernos, metal, cosas que se desprenden de naves espaciales que
están orbitando la Tierra en una órbita baja", detalló Lu.
"El trabajo que
hacemos es muy similar a lo que hago con los asteroides, porque en ambos casos,
estás tratando de rastrear con extrema precisión hacia dónde se mueve algo en
el espacio. En un caso, es un asteroide y en el otro, es un trozo de basura que
orbita alrededor de la Tierra. Y luego quiero calcular dónde estará en el
futuro para responder a la pregunta: ¿golpeará algo?", se preguntó Lu.
"Y si tiene el
potencial de hacerlo lo puedes prevenir. En el caso de los asteroides, lo
evitas empujándolo un poco. En el caso de los desechos espaciales, mueves lo
que va a impactar, ya que tanto la Estación Espacial o los satélites en uso,
tienen propulsión de cohetes y pueden moverse para poder cambiar un poco su
órbita", sostuvo el ingeniero espacial. Para ello, Lu cofundó esta empresa y
está construyendo sistemas y radares para rastrear desechos orbitales. Los
radares, que son estaciones fijas y no se mueven, brindan advertencias a las
compañías de satélites con mucha anticipación si un objeto podría impactarlos
en su trayectoria.
"Aquí en Argentina
hemos construido un radar en Tierra del Fuego, pero tuvimos algunos problemas
de comunicación entre nuestra empresa y algunas de las personas del Gobierno
que estamos trabajando para aclarar. Tengo muchas esperanzas de que podamos
activarlo pronto, porque creo que es una parte importante de nuestra red que
haya detectores también en el hemisferio sur, ya que la mayoría de las
estaciones de seguimiento espacial en todo el mundo están en el hemisferio
norte, porque ahí es donde está Estados Unidos y Europa. Es por eso que
Argentina es tan estratégicamente importante", remarcó Lu.
Un experto y amante del espacio
El experimentado
exastronauta de la NASA es un apasionado del espacio, lugar que visitó tres
veces. En 1997 viajó en la misión STS-84 del transbordador espacial Atlantis
como especialista de misión. En el 2000 también viajó en Atlantis (STS-106)
como especialista de misión y comandante de carga útil. Y en 2003, en las
semanas posteriores a la pérdida del transbordador espacial Columbia, la NASA
solicitó al doctor Lu que se lanzara a la Estación Espacial Internacional para
mantener las operaciones en órbita con una tripulación mínima de dos personas. El
astronauta completó el entrenamiento ruso Soyuz en solo nueve semanas y viajó
como ingeniero de vuelo en la misión Soyuz TMA-2 y, además, como director
científico e ingeniero de vuelo en la Expedición 7. En total, Lu pasó 206 días
en el espacio y realizó una EVA (caminata espacial) de un total de seis horas y
14 minutos.
"El espacio es un
lugar muy hermoso. De noche ves las luces de las ciudades. De día ves el clima,
desde nubes hasta huracanes, las tormentas eléctricas, las auroras, los colores
de la Tierra, el azul oscuro de los océanos. Y hermosos contornos como los de
Argentina, donde podía observar los patrones de sembrado de distintos cultivos
en el suelo, y los diferentes colores de los campos, según qué tipo de cultivo
estaban creciendo", concluyó Lu, que desea volver al país lo más pronto posible
para seguir los temas científicos nacionales y la posible cooperación espacial
con Argentina.
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